Hoy en día en Perú, hay una población muy diversa en que hay culturas distintas. Esto es muy aparente en muchas maneras, pero especialmente en las maneras de dar a luz. En las regiones alto-andinas, como Ayacucho, es tradicional dar a luz en la posición vertical en una silla. En las regiones amazónicas, las mujeres dan a luz en cuclillas. En Lima, la capital del país, el práctico de cesáreas es muy común. El gobierno peruano quiere que las mujeres indígenas vengan a los establecimientos para reducir las tasas de mortalidad maternal e infantil, pero hay una resistencia entre la población y las mujeres embarazadas de acudir a causa de la falta de respeta por culturas y tradiciones de la gente en poder. El derecho de la mamá a escoger qué tipo de parto quiere es integral a la vida. Es vital que los hospitales cambien para acomodar a las mujeres para que puedan escoger su parto, y todavía puedan tener un parto muy seguro.
Mujeres en muchas partes del mundo, incluyendo ciudades como Lima, pueden relacionar al problema que no son atendidas en la manera que quieren durante su parto en los hospitales. Durante una reunión informativo del Hogar Pakarii, un centro de nacimiento en Lima, muchas mujeres expresaron que no querían ir a los hospitales para sus partos porque es muy probable que tendrán que tener una cesárea y que el tratamiento del personal es muy mal. Uno de las gestantes durante la reunión expresó desánimo para los hospitales en Lima cuando contó de las experiencias de los partos de su hermana y una compañera de su trabajo. Dijo que las dos tuvieron cesáreas y que no fueron tratadas bien por las enfermeras y los médicos. También, dijo que una de ellas no vio a su bebé hasta que seis horas después del parto—un tiempo que es esencial al vínculo de mamá y bebé. Por eso, las mujeres escogieron dar a luz en una manera menos convencional: en su propia casa o en el hogar Pakarii. Aunque la población en este hogar es muy distinta de las mujeres alto-andinos de Ayacucho—los dos grupos de mujeres tienen el conflicto en que quieren dar a luz con sus propias costumbres.
La idea es que las mujeres tienen el control de su cuerpo y el poder de escoger la manera en cómo van a dar a luz, mientras mantienen la seguridad y confianza de un médico u obstetra que pueda ser un guía durante el parto. Por ejemplo, muchas mujeres de los EEUU no estarías muy contentas si fueran forzados tener un parto vertical. De mismo modo, las mujeres indígenas de Perú no son contentas cuando tienen que dar a luz en una camilla en la posición horizontal. Deben tener el derecho de realizar su parto en la manera que quieren, pero si hay alguna complicación, podrían cambiar su plan a una cesárea o un parto horizontal o semi-sentado para asegurar la salud de la mamá e infante. Aunque muchas mujeres tienen miedo de ser cortada para tener un cesárea, entienden que es el último recurso y en fin lo más importante del parto es la seguridad de la mamá e infante.
La diferencia más grande entre las gestantes de Lima y las gestantes de Ayacucho es la tasa de mortalidad. La región de Ayacucho ha tenido uno de los índices más altos de mortalidad materna e infantil en todo el país y por eso es vital que las mujeres busquen y acudan a los servicios médicales para sus partos. El Dr. Bautista, un doctor del Hospital Huanta en Ayacucho articuló que la implementación del parto vertical definitivamente diminuye la tasa de mortalidad materna e infantil. Dijo que cuando hay la alternativa del parto vertical, las gestantes acuden más al servicio. Usó el ejemplo de San José para demostrar el efecto de la implementación del parto vertical. En el año 1999 solo 5.8% de los partos de San José fueron atendidos en los establecimientos. En el año 2005, después de la implementación del parto vertical en el centro de salud, este numero aumentó a 70.3%(Modelo de atención en Salud Materna Perinatal con Adecuación Intercultural 17). Es muy claro que al final, los beneficios del parto vertical son extensos y superan las dificultades. Las mujeres embarazadas de las regiones alto-andinas del Perú son más aptas de ir a los centros de salud para sus controles y para sus partos, y así mismo van a recibir los servicios medicales necesarios para tener un parto seguro y para bajar la tasa de mortalidad materna e infantil.
Entonces, no hay necesariamente un parto correcto o un parto apropiado universal. Todas las culturas son diferentes y tienen sus propias maneras de dar a luz. Algunas usan medicamentos anestésicos, mientras otras usan hierbas y mates naturales. Hay posiciones diversas que se puede usar durante el parto y hay creencias culturales del vínculo de la mamá con su bebé. Al fin, la cosa más importante (después de la vida del mamá y bebé) es el respeto que recibe la familia durante el parto para escoger cómo quieren tener su parto. Es importante que el gobierno quiera reducir las tasas de mortalidad, pero necesita hacerlo con respeto a las varias culturas del país y mantener una confianza con la gente indígena.
Bibliografía
Bautista Tamaylla, Marco Antonio. Entrevista personal. 26 de abril 2011.
Modelo de atención con adecuación intercultural en salud materna perinatal. Ministerio de Salud. Impreso.